marchas por la Dignidad, 22 - M en Londres

Marchas por la Dignidad: 22 M en Londres. 


La presencia española en la capital británica se hizo notar en la convocatoria que se llevo a cabo en Londres bajo el lema "NO AL RACISMO, FRENAR AL FASCISMO".
Los españoles que, obligados a emigrar por el saqueo a que se ve sometida España, se encuentran trabajando en la capital británica, acudieron a la convocatoria y se agruparon bajo la bandera tricolor que ondeó durante toda la marcha entre la multitud.
Junto a los gritos contra la política anti migratoria que aplica el gobierno conservador del Reino Unido, en la marcha por la Dignidad de Londres también se escucharon los gritos españoles de "MAÑANA ESPAÑA, SERA REPUBLICANA".
La monarquía borbónica, símbolo inequívoco de la galopante corrupción institucional que domina España, tiene ya su mármol y su día esperándola.

Si tu padre quiere un rey, la baraja tiene cuatro...
El de oros, el de copas, el de espadas y el de bastos







El fin de la Corona
 Tomás F. Ruiz
  La corona española se encuentra inmersa en un irremediable proceso de descomposición política e institucional. Como ciudadanos que desde muchas generaciones atrás vienen sufriendo este caduco sistema de gobierno, los españoles son los encargados de enterrar, de una vez por todas, esta abyecta institución. Del rey actual, el autodenominado Juan Carlos I de España, no cabe esperar ninguna voluntad de abdicación. Carece de la mínima dignidad que debe tener un hombre de Estado para dar ese paso. En su nombre, todas las instituciones de la corona, en especial la corrupta Justicia española, actúan persiguiendo y reprimiendo a todos los que levantan su voz contra el rey.

No hay duda de que aún quedan muchos prejuicios, inevitablemente heredados de la misma dictadura que impuso en España la monarquía, que hacen creer a la población española que la desaparición del rey provocaría inevitablemente una situación de caos y trauma social. El caos y el trauma social ya los tenemos ahora aquí. Esta caótica situación que vivimos, en la que se está despojando al pueblo español de todos sus derechos y, lo que es peor, de sus medios de vida, no es otra cosa que la lenta agonía de la monarquía. Una agonía que, como la de todas las instituciones caducas, provoca incertidumbre, miedo y sufrimiento social. No obstante, hay que dejar claro que la desaparición de la monarquía sería solamente uno de los muchos pasos necesarios para que la situación se normalizara. También debe ser el primero, por constituirse la corona como el principal símbolo de amparo para la corrupción y el saqueo generalizado que imperan en este país.
Sobran razones para plantearse ya la desaparición definitiva de la monarquía española –un infecto nido de parásitos codiciosos, estafadores del erario público y cazadores descerebrados- y estas han sido ya extensamente expuestas por numerosos ciudadanos españoles: escritores, periodistas, intelectuales de muy diversas ideologías, actores y hasta militares.
Lo que los ciudadanos españoles están empezando a comprender es que su rey no sólo es, tal y como ya ha sido señalado, el responsable último de todas las torturas que se cometen en el Estado español. Su condición de jefe supremo de la nación hace al rey ser también el responsable de la brutal represión con que la policía aplasta los derechos civiles y políticos de los españoles; el responsable de todas las detenciones ilegales que -siguiendo las costumbres del aún vigente franquismo- se están produciendo cada día con más frecuencia en nuestro país; el responsable de todos los desahucios que dejan en la calle a cientos de miles de familias; el responsable de la impunidad con que los jueces amparan hoy a políticos corruptos, banqueros mafiosos, torturadores de cuerpos de seguridad del Estado y hasta toreros borrachos… De toda esta situación que vivimos hoy en España es responsable, por ser la máxima autoridad del Estado y no poner medidas correctoras, el rey.
Ante un cuadro clínico tan demoledor como el que padece hoy en día España, la constitución de una alternativa política que evite un caos aun mayor resulta más que urgente. Un gobierno provisional, constituido por ciudadanos que hayan destacado por su pensamiento antimonárquico y por su posición pública en contra de la injusticia que impera hoy en España, podría servir de transición hacia la legitimación de un nuevo sistema democrático en este país. Los componentes de una opción de gobierno de estas características no recibirían ningún tipo de sueldo, ya que su ejercicio como representantes de una alternativa política digna es una elección personal a la que se sumarían sin esperar ningún tipo de gratificación económica. Como institución de transición que sería, este gobierno se extinguiría en un plazo límite de tiempo que no superaría el año, una vez que se hubiera cumplido su objetivo de restablecer la legitimidad republicana en España.
Sus más perentorias actuaciones -tras abolir la monarquía- serían liberar a todos los presos políticos que aún existen en este país, revisar las condenas injustas, declarar nulas de pleno derecho todas las actuaciones de desahucio y despojo de bienes promovidas por los bancos, anular las leyes dictadas contra intereses del pueblo, disolver todos los tribunales que operan hoy en España bajo la autoridad de la corona y procesar a cuantos magistrados hayan colaborado, tanto en la represión y tortura de ciudadanos, como en la violación de derechos humanos y el empobrecimiento sistemático de la población.
Ningún tribunal legítimo podría acusar a los componentes de esta alternativa de gobierno de “conspiración contra el Estado”, ya que en ningún momento harían apología de la violencia y actuarían a cara descubierta, con todos sus miembros identificados, bajo el derecho de libertad de reunión o asociación que prevé la Constitución española. Resulta impensable que cuando el actual gobierno de España se vea cercado y comprenda que ha llegado al final de su demoledor mandato, declare el estado de sitio (para lo que necesitaría la aprobación de la oposición en el Parlamento), imponga la ley marcial y suprima a golpe de fusil los pocos derechos fundamentales que aun le quedan a los españoles. Un paso así significaría la guerra civil y no es nada probable que nuestros “socios europeos” (con la Comisión Europea y el Banco Central a la cabeza) le dieran su aprobación. A fin de cuentas, es el interés económico el único que dirige todas sus actuaciones y el estallido de un conflicto armado en nuestro país llevaría al traste muchos de sus propósitos de inversión.
La lucha por el final de la monarquía y la constitución de este país como república ha empezado ya en las calles de muchas ciudades españolas. Aunque los políticos no la dejen llegar a las instituciones, es inevitable que tarde o temprano la presión social reventará un sistema de gobierno que cada día se basa más en la corrupción, la represión y la violación de derechos humanos.
A la monarquía española no le quedan ni dos años de vida”. Son palabras de uno de los más dignos representantes de la nueva ideología republicana, el coronel Amadeo Martínez Inglés. Si es así, hay que darse prisa en ofrecer alternativas para evitar que la situación traumática que vive la población española llegue hasta un punto sin retorno, a partir del cual las vías pacíficas de cambio no serían factibles ya.
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article63380   /   http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article63995
 Justicia española, 
 justicia corrupta

Artículos de Opinión 
Por Tomas F. Ruiz | 30-01-2014 
Es un hecho por todos aceptado que la justicia en España se ha degradado hasta convertirse en una prostituta. Del mismo modo, está generalmente reconocido que la española es una justicia pervertida, como pervertidos son los jueces que la representan y que están ahí, no para hacer cumplir la ley, sino para proteger y amparar a todo tipo delincuentes encumbrados. Una sociedad en la que el concepto de justicia se ha degradado hasta tan punto, es el campo de cultivo ideal para propagar el descreimiento en los órganos judiciales, institucionalizar la corrupción y generalizar el crimen.
Por si la sentencia  que inhabilitaba y apartaba de la jurisprudencia al juez Baltasar Garzón (17/01/2012) no fue prueba suficiente del grado de corrupción al que había llegado la justicia española, luego vinieron el fallo judicial que amparaba el crimen cometido por el torero borracho Ortega Cano (24/04/2013), la absolución del corrupto ex presidente valenciano Jaume Camps (08/04/2013), la puesta en libertad y rehabilitación del sheriff de Coslada, el capo mafioso Ginés Jiménez (09/04/2012), y la inhabilitación del juez Erpidio Silva por encarcelar Miguel Blesa, un ladrón protegido por la justicia española gracias a su condición de presidente de la entidad bancaria Caja Madrid. Y estos son sólo la punta del iceberg de la corrupción judicial que domina España… ¿Qué ocurrirá con la burda farsa que los jueces han montado para dejar limpia la imagen de la ladrona infanta?
A la tuerca de la indigna justicia española le han dado tantas vueltas que se ha pasado de rosca. Ahora este abyecto sistema judicial no sujeta ya nada: ni la corrupción institucional generalizada, ni la complicidad de los magistrados con el crimen, ni el hecho irrefutable de que los jueces de España trabajan a comisión para la banca.
El inevitable cambio político que se avecina en España traerá consigo la implantación de un nuevo sistema judicial efectivo que inhabilitará y procesará a todos los jueces que están colaborando, tanto con el crimen común, como con el crimen político (el mismo que en España el gobierno de Rajoy está llevando a cabo). Del mismo modo, volverán a ser juzgados todos los delincuentes que gozan hoy de impunidad judicial para cometer sus crímenes.
Ese nuevo sistema se llamará justicia popular y estará basado en un principio severo -el que la hace, la paga-, sin dejar opción alguna a que los condenados evadan su responsabilidad penal –como hoy hacen- con oportunas gratificaciones a los ilustrísimos magistrados.
Como proclaman los creyentes: “Entonces llegará para ellos el crujir y rechinar de dientes” (Mateo 25:30). Los jueces que hoy nos juzgan, mañana serán juzgados.
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article65516
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Sr Rajoy: en los sucesos de Ceuta, usted es tan criminal como los que dispararon
Artículos de Opinión | Tomas F. Ruiz | 13-03-2014 | http://www.tercerainformacion.es/squelettes/imagenes/post_01.gif facebook yahoo twitter
  
  Señor Rajoy, como presidente de España, le ruego que lea atentamente esta frase: “Han lanzado pelotas de goma, han pinchado los neumáticos donde algunos se habían montado y nos han rociado con gas lacrimógeno”. Es el testimonio irrefutable de uno de los inmigrantes subsaharianos que sobrevivieron al brutal e injustificado ataque de los guardias civiles cuando nadaban hacia la playa.
 Los inmigrantes nunca se mostraron violentos. Su único delito fue intentar alcanzar a nado las costas de España. Desde la orilla, se supone que obedeciendo órdenes de superiores, los guardias civiles les dispararon con “pelotas de goma” y gases lacrimógenos, asfixiándolos y dejándolos inconscientes. El resultado de este injustificado ataque a unas personas desarmadas y en evidente peligro de muerte han sido once inmigrantes fallecidos.
 No hay justificación que puedan esgrimir los guardias civiles que dispararon contra los subsaharianos. Estaban en su derecho a desobedecer órdenes que atentaban contra la vida de unos seres humanos. Sin embargo, no solamente dispararon, sino que después sus portavoces se han atrevido a declarar que "las pelotas de goma son una herramienta fundamental de nuestro trabajo". Nunca podrán justificar esos crímenes que han cometido. Los guardias civiles que dispararon contra los inmigrantes son unos criminales y como tal serán algún día juzgados.
Ahora vamos con su gobierno, Sr., Rajoy. Su ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha justificado y amparado el criminal proceder de la guardia civil contra estos seres humanos desarmados. La cómplice y canallesca actitud de su ministro, Jorge Fernández Díaz, lo convierte a él también en un criminal y en un desalmado. No le quepa duda que su ministro de Interior será también algún día juzgado.
  ¿Qué podemos decir de alguien que defiende como legítimos los disparos que asesinaron a once personas? Usted, señor Rajoy, ha declarado con repulsivo orgullo ante el Parlamento su actitud de amparo a unos asesinos, usted apoya a los criminales que actuaron de esta forma. Usted, sr Rajoy, en el asunto de los inmigrantes asesinados en Ceuta, es tan criminal como los guardias civiles que les dispararon.