Reino Unido
El escándalo de los abusos sexuales de Jimy Savile dispara las denuncias por violación


Jimmy Savil recogiendo una medalla en la BBC 

Tomas F. Ruiz (Londres 01.11.2013)

Si la Justicia inglesa esperó a que muriese el presentador de la BBC, Jimmy Savile, para dar curso los numerosos cargos que pesaban contra él por abusos y violaciones a menores de edad, ahora los tribunales han puesto en marcha la mayor operación policial de este rango que se ha producido nunca en el Reino Unido.
El número de colaboradores de Savile ha ido en aumento. Las denuncias presentadas por más de 200 posibles víctimas iniciaron la conocida como operación Yewtree, que ha revelado abusos sexuales de toda índole en menores desde más de cinco décadas atrás. En la operación Yewtree colaboran 14 brigadas policiales de todo el Reino Unido y se han abierto más de 400 líneas de investigación diferentes.
Las primeras noticias que salieron a la luz sobre este macro escándalo sexual, hace ahora cerca de un año, describieron la magnitud del delito como “sin precedentes” en el país. Según las primeras estimaciones policiales, el número de víctimas potenciales podría llegar al medio millar. Los últimos datos revelan que este medio millar se ha visto ya sobrepasado.
Uno de las respuestas más esperanzadoras que ha generado este escándalo –ya que demuestra que el miedo a represalias está desapareciendo en la víctimas- es el hecho de que las denuncias por violación han aumentado hasta un 40 por ciento en todo el Reino Unido desde el año pasado.
En enero de 2013 la policía informó que sus investigaciones se retraían a un periodo de más cincuenta años atrás. Entre las víctimas había niños y niñas violados de hasta ocho años de edad. Algo que conmocionó a la opinión pública británica es que una buena parte de estos abusos y violaciones se habían llevado a cabo en los locales de la BBC.
Como estrella de la televisión británica, Jimmy Savile se dedicaba a reclutar niñas jóvenes en escuelas y hospitales para sus programas Top of the Pops, Jim´ll Fix It y Clunk, clic. Las primeras denuncias por abusos sexuales a menores se remontan a 1958, pero las influencias políticas y la protección judicial de que entonces gozaba el showman británico evitaron que ninguna de ellas fuera tramitada. Savile llegó incluso a hacer prepotentes declaraciones en la prensa sobre las acusaciones de pedofilia que circulaban sobre él: “Yo no necesito asaltar mujeres, son ellas las que me asaltaban a mí; tampoco necesito cazar niñas, las tengo a miles en mis programas de radio y televisión”.
El fiscal general del Reino Unido acaba de abrir una investigación para indagar las causas por las que, a pesar de las pruebas y evidencias que se presentaron en aquellos años contra Savile, éste nunca fue procesado por los cargos de delito sexual.
Los no menos famosos presentadores de la BBC Bill Roache y Stuart Hall, ambos octogenarios, han sido también acusados de violaciones de niñas entre 9 y 15 años. El cómico Jimmy Tarbuck, éste con 73 años, fue detenido la pasada primavera; la última semana de octubre fue encontrado sin vida el cuerpo de otro presunto violador de la pandilla de Savile. Se trata de David Smith, de 66 años, chófer del presentador y que parece ser también gustaba de apuntarse a las orgías que su pervertido jefe montaba. Se supone que se trata de un suicidio.
La sociedad británica se muestra estupefacta ante un escándalo de estas magnitudes. Uno de sus temas más urgentes ha sido siempre la protección de la población infantil de todo tipo de abusos sexuales. Kattie Russel, la portavoz del gabinete Rape Crisis (Crisis de Violación), ha hecho saber que “la violencia sexual se da en mucha más gente de la que conocemos, los efectos sobre las víctimas son devastadores y les marcan para el resto de sus vida”.
Aunque tarde, la Justicia británica ha reaccionado con contundencia y severidad ante todo este escándalo del que jueces y policías fueron cómplices incuestionables. Los casos más antiguos se remontan a sesenta años atrás. En Inglaterra, a diferencia de España, la violación y el abuso sexual son delitos que no prescriben… ¿Alguien se ha puesto a pensar qué ocurriría en nuestro país si se comenzaran a hacer públicos los datos sobre los miles de violaciones –quizá cientos de miles- cometidas impunemente durante el franquismo? 
 Los jueces españoles se aplicarían en dar los delitos por prescritos y se negarían a iniciar ninguna investigación para localizar y castigar a los violadores. De hecho, ya hemos comprobado cómo han acabado los numerosos casos de sacerdotes pedófilos en España: en la más absoluta impunidad.
La complicidad de la Justicia y de la misma policía (muchas de estas violaciones se cometían en dependencias de las comisarías del régimen) es crucial para que el silencio siga siendo una aplastante losa sobre las víctimas de violación en España. A ellas sólo se les deja una opción: aceptar todos los abusos de que han sido objeto con una patética y frustrante resignación.